Exposición "Calsina en Menorca"

Centre de Cultura
Convent de Sant Diego
Alaior (Menorca)

 

El dia 3 de julio de 2009 se inauguró la exposición "Calsina en Menorca", en el Centre de Cultura de Sant Diego d'Alaior, con la colaboración del Ayuntamiento de la ciudad.

 

A continuación transcribimos el parlamento inaugural de la exposición, a cargo de Ramon Calsina, presidente de la Fundació:

 

Señor Alcalde, señor Concejal de Cultura y a todos ustedes que han tenido la amabilidad de venir a este acto de inauguración de la exposición de Ramon Calsina, muchas gracias y muy buenas noches.

Les dirijo estas palabras en nombre de la Fundación que lleva el nombre de este pintor, dibujante, gravador y vidriero, que está presidida por nuestra madre, compañera suya durante 50 años, y que tan solo hace tres meses que se ha coinstituido.

Para explicar el porqué de la Fundación creo que es ilustrativo exponer como se ha gestado esta exposición. Nuestra amiga Marilina Sintes fué a ver al señor Portella para ofrecerle la posibilidad de hacer una exposición de Ramon Calsina, y le mostró el libro que trata de su obra. El señor Portela confesó que no lo conocía, pero al hojearlo se dio cuenta enseguida de la importancia, de la entidad de la obra. Esta es la tónica general de lo que ocurre con Ramon Calsina; es un artista poco conocido en Barcelona, y nada más allá de su ciudad y, en cambio, su obra se explica sola. Precisamente al contrario de lo que acostumbra a pasar en el mundo artístico contemporáneo, en el que lo más importante es ser tocado por la varita mágica mediática y convertir una firma en una marca. La obra es lo de menos, con una buena dosis de palabrería te hacen tragar cualquier cosa. Hemos creado esta Fundación con la idea de explicar quien era Ramon Calsina Baró, y para hacer lo que precisamente estamos haciendo aquí: enseñar su obra. También para explicar como eran y cuales eran sus motivaciones para hacer lo que hacía, y porqué sus convicciones lo llevaron a ir contra corriente.

 

 

Ramon Calsina Baró nació en el año 1901 y vivió 91 años. Hace ya, pues, 17 años de su fallecimiento. Una larga vida marcada por una vocación muy clara y dedicada intensamente a su trabajo. Su obra es muy extensa, de una personalidad potente y muy definida, que acompañada de su dominio del oficio le permite abarcar un registro muy amplio y atreverse a explicar sentimientos con argumentos audaces e imágenes arriesgadas.

Ramon Calsina realizó su primera exposición individual en el año 1934, en la Sala Parés de Barcelona, y fue un suceso. Tuvo unas críticas muy buenas y despertó grandes entusiasmos, sobre todo entre los escritores a los cuales gustaba su desbordante imaginación. A partir de entonces hizo, prácticamente, una exposición cada año, casi siempre en Barcelona, y el conjunto de todas las críticas, que conservamos, es impresionante. Por lo tanto Calsina no se escondió, ni su obra dejó nunca de estar reconocida, pero el arte siguió por unos caminos de absurdas modernidades, substituidas unas por las otras hasta llegar a secuestrar la voluntad y embotar la sensibilidad de los espectadores. Él permaneció tozudo, impertérrito, fiel a los pilares en que consideraba que se tenia que sustentar el Arte.

Por encima de cualquier consideración, más allá de la faceta comercial y de ganar un prestigio, aspiraciones por otro lado perfectamente lícitas, el Arte debe ser generoso, honrado y humilde. Generoso, porqué se trata de dar a los demás un don que el artista tiene y que puede servir para potenciar la sensibilidad del espectador, y útil para ampliar la percepción de la profunda realidad de todo lo que nos rodea. Honrado, porqué la finalidad del Arte, en este caso el arte plástico, es explicar con imágenes un sentimiento a partir de un oficio, de una técnica, y se debe ser fiel a este compromiso de poner una parte de uno mismo, una parte de la propia alma. I, finalmente, humilde, porqué, al fin y al cabo, un artista es un hombre como los demás y todos damos, o tenemos la responsabilidad de dar, alguna cosa a nuestro entorno.

Nosotros, como familia, hemos renunciado a esta faceta comercial y nuestro padre, allí donde está, seguro que le importa poco el prestigio. Lo que buscamos es una cosa más sencilla, pero que creemos que tiene mayor proyección en el futuro: propiciar el acercamiento, el diálogo, entre las obras de Ramon Calsina y la mayor cantidad posible de espectadores para que se cumpla la finalidad para la que fueron creadas. Un Calsina siempre dice alguna cosa sin necesitar ninguna ayuda externa, sin demasiados intermediarios. Esta situación de reunir mucha gente alrededor de la obra de nuestro padre en la inauguración de una exposición, la hemos vivido muchas veces en una vida como compañera y como hijos del pintor. Y siempre es una sensación que se confunde con la felicidad. Observar, vivir esta comunión de muchas personas a través del arte de Ramon Calsina. Darse cuenta que otros ven y sienten cosas parecidas con estas obras a las que uno ve y siente es una recompensa suficientemente buena y que justifica cualquier esfuerzo. Y cada vez se renueva esta vivencia, pero siempre es diferente, siempre hay un valor añadido.

Esta vez es porqué estamos aquí, en Menorca, la isla que tanto amamos, desde que hace cincuenta y dos años toda la familia Calsina vivió en Fornells, y en la ciudad de Alaior, con la cual nos unen tantos lazos trabajados desde hace ya muchos años. Ramon Calsina vivió y pintó dieciocho cuadros aquí en Menorca. Veinte años después volvió, y durante quince días recorrimos toda la isla. Y ahora vuelve con su obra, en la que está reflejada una parte muy importante de su Espíritu.

Muchas gracias al Ayuntamiento y a la visión artística del sr. Portella por haber hecho posible esta exposión de Ramon Calsina, y a todos los habitantes de esta ciudad por su acogida, y por permitirnos hacer aquello que tanto deseamos: mostrar a Ramon Calsina.

                         

 

 

 

 

 

 

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