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Inauguración de la exposición
"PARLO DE TU. CALSINA I LA DONA."
en el Museu Etnològic de Ripoll
Buenas tardes y muchas gracias, en nombre de la Fundació Ramon Calsina, a todos los que habeis venido a acompañarnos en este momento tan especial para nosotros.
Quisiéramos expresar nuestro agradecimiento al Museu Etnogràfic de Ripoll, y al Ayuntamiento de la ciudad, por darnos la oportunidad de hacer aquello que tanto nos gusta, que es poder mostrar la obra de Ramon Calsina y, especialmente, si es en un lugar tan acogedor como éste y en donde hemos sido tan bien acogidos.
Hace ya unos meses que vinimos a esta casa y nos encontramos con una sorprendente y fantástica acogida por parte de su directora, Roser Vilardell, y desde este momento todo ha sido muy fácil.
Nuestro padre fué un artista plástico muy querido y apreciado por escritores y poetas. Joan Oliver, Pere Calders, Tísner, Xavier Benguerel, Joan Perucho, Joan Triadú, Jordi Sarsanedas, Gerard Vergés, Carles Duarte, son una muestra bien representativa, y esta afinidad se entiende porqué el escritor y el poeta explican historias y sentimientos con la pluma, y Calsina hace lo mismo con los pinceles.
Ramon Calsina Baró es un artista muy particular. Su obra, como es natural en un artista plástico, persigue la excelencia de la imagen, el impacto visual, la belleza, y eso la realiza sustentado en un gran dominio del oficio, ejercido con estimación y responsabilidad.
Pero la particularidad de Calsina se sustenta en que siempre explica alguna historia. Se puede decir que su oficio es una herramienta muy bien afilada para buscar respuestas al sentido de la vida, para explicarse aquello que la visión del mundo le impacta en su interior, para comprender el alma humana a partir de la suya propia.
Con su mirada, a veces crítica, satírica, irónica, tierna, pero siempre cercana, empática, no lo contempla desde la distancia, sinó poniéndose a su mismo nivel, mezclada su indigencia, su pequeñez, pero también su trascendencia, con la de sus personajes. Para mirar la obra de Calsina debes tratar de sumergirte en su mundo.
Con Roser Vilardell fué muy fácil ponernos de acuerdo para escoger un argumento para esta exposición. La obra de nuestro padre, tan variada de contenidos, también lo hace sencillo.
A esta exposición, que le hemos puesto por título "Hablo de tú" queremos adentrarnos en la mirada del artista hacia la mujer. Su extraordinaria imaginación lo lleva, muy a menudo, hacia su infancia, allá en su barrio del Poble Nou de Barcelona, barrio obrero de principios del siglo XX, que hervía de reivindicaciones, de luchas para mejorar una vida dura. Un ambiente que no distaba mucho del que se vivía aquí, en las colonias textiles de la cuenca del Ter y del Fresser.
En estas imágenes aparece, casi siempre, representada la mujer. La mujer trabajadora de la fábrica, de la tienda, puntal de la familia y a la que le correspondía siempre la parte más dura de la historia. La mujer, tan presente en las imágenes de infancia, representaba seguramente, para el tímido e introvertido niño Ramon, el refugio de aquel mundo al cual abría los ojos y que enco0ntraba demasiado duro y complicado y, también, injusto.
Él no podia pintar y dibujar si no era en total libertad, porqué su inspiración se alimentaba de lo que pensaba y sentia frente a todo aquello que pasaba, o había pasado, en su entorno. Muchas veces deforma la realidad formal, para explicar la realidad del alma, aquello que ocurre por debajo de las apariencias. A menudo el resultado no era amable, no era comercial.
Es a partir de unos pensamientos de Ramon Calsina dedicados a su esposa Rosa, que la idea de esta exposición nace y toma forma. Palabras de reconocimiento y, a la vez, de penitencia, por su obsesión por su labor, poniendo de relieve la importancia que ella tuvo en su vida y, también, en su obra.
Esta libertad ahora nos enorgullece, la entendemos como una virtud, como una fidelidad a las convicciones. Pero en los años más duros, económicamente, con una família que dependía de aquello que salía de sus manos, era visto como un egoismo, como una tozudez orgullosa. En nuestra infancia oíamos que decían: "con estas manos que tienes podrías hacer cosas que gustaran".
Es en este punto donde nuestra madre estuvo siempre a su lado y, a pesar de todas las dificultades y aceptando los sacrificios, nuestro padre no tuvo que abandonar aquella tan necesaria libertad. Según decía, una de las cosas que lo enamoraban de ella era, precisamente, su entusiasmo.
Con Rosa encuentra, finalmente, la família. Él necesitó y apreció este calor familiar, por encima de la vida de artista y de su hipotética necesidad de libertad. Rosa le dió todo esto, acompañándolo siempre, ahorrándole los problemas cotidianos. Ella le hace vivir la realidad, que a veces pierde detrás de su obsesión de artista y, al mismo tiempo, es la primera admiradora de su obra.
En los dos retratos, el de Dolors, madre del artista, y el de Rosa, queda bién patente como captó la visión y el papel que cada una representó en su vida, e incluso en la técnica, la actitud y los colores utilizados en cada una de las obras.
Por todo ello "Hablo de tu" quiere ser un pequeño homenaje a Rosa Garcés Gil, esposa del artista. Y con ella se hace extensivo a todas las mujeres, a la figura femenina, que siempre ha ocupado un lugar decisivo en la Historia, aunque no haya estada tan visible como debería haber sido. A través de los tiempos se ha ido descubriendo la fuerza que subyace tras su aparente fragilidad. Un papel difícil y entusiasmante a la vez, rico y lleno de matices. Un camino recorrido del cuál nos podemos sentir orgullosas, siempre a punto para alcanzar nuevas metas. Y para eso siempre podremos fijarnos en la Estrella de Calsina, como un símbolo de la conquista de los valores inmateriales que están presentes en nuestras vidas y que hay que saber buscar y valorar.
Elisa Calsina Garcés
Vicepresidenta de la Fundació Ramon Calsina